Internet vino a complicar todo (parte dos)


Pasé tantos años descargando y escuchando música nueva, que en cierto momento caí en la cuenta que me había olvidado de escuchar los discos de siempre. Puntualmente me di cuenta que hacía mucho tiempo que no escuchaba OK Computers de Radiohead, pese a que me encantaba. Por esto tuve que aplicar un cambio de estrategia.

Continué descargando discos, pero empecé a alternar lo que escuchaba en casa: un poco de música nueva, y otro poco de la ya almacenada. El reproductor de mp3 se mantenía casi exclusivamente para los discos pendientes de escucha. En líneas generales todavía uso este sistema, salvo excepciones. Por ejemplo, cuando voy a asistir a un festival, en los meses previos me pongo a escuchar todos los discos de las bandas que van a tocar, como para llegar a la fecha del show con esa música ya asimilada. En esos períodos, dejo de lado los discos “de siempre”, y me avoco exclusivamente a los nuevos.

Con los años también se sumaron dos lugares más (además de mi casa y la calle) donde escucho música: la oficina y el auto. En la oficina hoy escucho la misma música pendiente que llevo en el teléfono celular (aparato que vino a reemplazar al arcaico reproductor de mp3), mientras que el auto es el lugar donde escucho lo ya asimilado (exceptuando esos períodos pre festival).

Hubo un momento en que logré terminar de escuchar todos los discos que tenía pendiente. Lo sentí como haber completado una tarea. Y ahí pude dedicarme a escuchar libremente ese vasto stock musical acopiado durante años. Pero al poco tiempo, esa sensación de libertad se empezó a transformar en encierro o limitación. Sentía como que estaba atrapado con la música de siempre, lo que me llevó a empezar nuevamente a descargar discos, y mantener una continua incorporación de música, que mantengo al día de hoy.

Y un día llegó Spotify. Creo que soy uno de los pocos que aún se resiste. Todo este elaborado sistema para escuchar música creado, modificado y sostenido durante años me hace incompatible con esta nueva plataforma. Es que por lo general no tomo elecciones de escuchar lo que quiero. No siquiera me planteo “qué quiero”. Simplemente ejecuto el sistema, que de alguna manera automatiza el proceso, ya sea estando en casa, en la oficina, en el auto o en la calle. Y con la llegada se Spotify sucedió algo que tiempo atrás creíamos imposible: empezó a disminuir la piratería, lo que empieza a generarme una complicación, porque ya son varios los discos que no consigo para su descarga.

Puede ser que dentro de un tiempo me vea obligado a actualizarme y abandonar mi estructura, aunque también es posible que Spotify muera, como lo han hecho otros avances de moda en su momento. Yo sólo quiero algo tan simple como escuchar música. Escuchar toda la música que pueda abarcar.

Comentarios

  1. Soy la segunda a bordo de la resistencia. No me hallo en spotfy. Ademas que aun no le hallo sentido pagar si ahi está youtube

    Jaja.

    Yo soy mi propia rockola ... y siempre saltando de link en link hallo núsica nueva y cosas nuevas entre lo conocido y me llevo agradables sorpresas casi siempre 😊

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Oh, gracias por hacerme compañía en esta (tal vez inútil) resistencia.
      Absolutamente. Youtube me ha dado grandes sorpresas también. No necesitamos que la plataforma de música nos deje todo en bandeja. Queremos investigar un poco tambien! Ja.

      Un gusto tenerla por aqui.

      Borrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Explicaciones

Carta espontánea

Otro olvido