El problema de los 21 días, o la falta de memoria
“Cuando
escribo algo, me tomo el trabajo de terminar el texto para luego pensar un
título acorde. Esta vez fui en contra de mi costumbre y decidí empezar por ahí,
pero apenas me disponía a encarar el primer párrafo ya me había arrepentido del
titular. De todos modos decidí dejarlo. Al hablar de los 21 días como un
problema (paciencia, ya van a entender de qué se trata), el lector me sabrá
pesimista o gataflorista (que viene del refrán "sos como la gata Flora: si
se la ponen grita, y si se la sacan llora"; es decir, inconformista). Pero
vamos, soy pesimista, lo reconozco, y quienes me conocen lo saben, sólo que
aquí estoy de incógnito y nadie conoce mi verdadera identidad.”
Hace
un par de años, cuando comencé a escribir en este blog, me tomé la tarea muy en
serio, y trataba de hacer publicaciones diarias, o casi. Era una forma de
mantener activo el poder de redactar, para poder ganar ritmo y pulir, de algún
modo, esa habilidad. Esto me llevaba a encontrarme durante muchos momentos del día,
pensando en posibles temas, mayormente vivencias personales o simples ideas, para
luego desarrollarlas. Y como sé que mi memoria no es tan sólida como quisiera,
muchas veces, cuando decía “ah, de esto está bueno que hable”, lo agregaba como
borrador al blog, así después lo tenía ahí, al alcance de la mano y no se me
pasaba.
En
junio pasado, cuando retomé este espacio, lo primero que hice fue dedicar un
par de días a la lectura íntegra de todo lo que ya había escrito, un poco para
ver en dónde había quedado mi vida en ese momento, y otro poco porque la verdad
que no me acordaba ni jota. De hecho, leyendo más de una entrada, me encontré
sorprendiéndome de los relatos. ¿Eso lo escribí yo? Sí, eso lo escribí yo. No
lo recuerdo, pero sí, no hay otra opción. Y después me topé con esos
borradores, que tampoco recordaba que estuviesen ahí, semi archivados. Algunos,
la mayoría, eran tan sólo un par de palabras haciendo referencia a algo muy
puntual, e identifiqué inmediatamente qué es lo que quería contar. Pero otros,
como el primer párrafo que copié tal cual más arriba, acompañado del título “El
problema de los 21 días”, me dejaron con la mente en blanco.
¿De qué iba a hablar con eso? ¿Veintiún días de qué? Les juro que me carcome la intriga, y lo peor es que no tengo forma de apaciguarla, porque eso salió de mi cabeza, y a nadie podría consultar. ¿Cuál sería ese bendito problema? Carajo. Llevo tiempo esforzándome por aclarar esto, pero no hay caso. Ah, pero eso sí, me acuerdo el teléfono de la casa de un ex compañero de la primaria, a quien no llamo desde hace por lo menos veintiún años.
lo primero es que a mi me pasó un par de veces. Leí el título de unos borradores y cuando entré no había escrito nada y me desilusioné porque no entendía nada. Eso si, no me preocupé tanto como vos ja....
ResponderBorrarLo otro es una obviedad: son 3 semanas exactas, quizá si lo tomas así y no como días te ayude en algo. Vacaciones? Días esperando algo concreto?
Ya te lo vas a acordar. Pero cuando no te haga falta jaja
Si, sabés que lo pensé lo de las tres semanas, y se me ocurrió que podía ser algo relacionado con que en el trabajo que tenía en ese momento, tenía tres semanas de vacaciones, pero no nos dejaban tomar todos los días de corrido. Podría llegar a ser eso, y también concuerda lo del gataflorismo. Pero si fuese esto, y habiendo llegado ahora a esta conclusión, no debería haberme dado cuenta que efectivamente era esto de lo que quería hablar? No se.
BorrarMe pasa algo parecido, cuando vuelvo a re-leerme y me encuentro con escritos antiguos, termino bastante anodada, a veces para bien y otras para mal. Pero siempre me recuerdan a momentos de mi vida, como si lo que escribimos fuera una especie de pelicula.
ResponderBorrar21 dias se dice que tarda una persona en cambiar un habito ( al parecer el numero 21 es mas significativo de lo que pensamos)
Si, es muy rara la sensación de leerse, teniendo la certeza que lo escribió uno mismo, y hace no tanto tiempo, y no recordar nada. ¿Les pasará a todos? Al menos ahora sé que no soy el único.
BorrarGracias por leerme!