Sueños del 2012
En el
2012 todavía me duraba algo del impulso generado por el viaje del 2010, de
querer seguir adelante dejando todo lo de Nina atrás, y creía que era posible,
que se iba a dar eso y que un día en mi cabeza iba a haber un clic que hiciese
que pudiera seguir recordándola con cariño pero sin producirme ningún tipo de
malestar. Continuamos en contacto con Nina. Ahora no me acuerdo si todavía
manteníamos una continuidad en el diálogo desde el año anterior, o si se había
visto interrumpido por algún desacuerdo, y nuevamente retomado en este año.
Este contacto por un lado me resultaba gratificante, porque ella seguía siendo
una persona a quien quería mucho, y me dolía el distanciamiento; pero por otro
lado, el vínculo que nos unía era diferente, y más aún por el tiempo que había
pasado sin vínculo. Empecé a descubrir en ella ciertas diferencias, producto
del tiempo y de su nueva vida, (más grande, más independiente). Me contaba
cosas de su actual relación, y en algún caso hasta me pedía consejos. Me daba
la sensación que tenía absolutamente procesada nuestra historia, mientras que
yo fingía haberlo hecho. Suponía que parte de ese “clic mental” quizás radicaba
en enfrentarla, enfrentar su presencia, enfrentar un diálogo, y enfrentar su
presencia. Y nos volvimos a ver, un día que ella iba a ir a sacar fotos al
festival de tango, y me dijo si quería ir, ya que tocaba Kevin Johansen ese
día. En algún punto creí, o quise creer, que el camino para salir de la
situación en la que estaba era desmitificarla, y para ello era bueno que hablase
con ella, que la viera y demás; que empiece a ser nuevamente una persona
normal.
En
los sueños se empezaron a ver otras cosas, que interpreto como que ella de
alguna manera dominaba la situación, mientras que yo quedaba relegado a una
pose más bien pasiva. Yo esperaba una iniciativa suya para avanzar hacia algún
lado. También se evidencian en los sueños los cambios vistos en ella (en
realidad, el sueño donde más se ve esto es de febrero, que ahora no recuerdo si
incluso fue anterior a que volvamos a hablar). En este sueño yo la observaba,
casi espiaba, a ella y su familia en una tarde de domingo, en el jardín de su
casa; veía como todos eran felices y tenían una vida, y yo lo único que hacía
era mirar desde afuera, escondido, lamentándome por la vida que no tenía y esa
familia que ya no me pertenecía. Creo que refleja muy bien la sensación de no
haber asumido el final de esa relación. Otro sueño que traduce esta idea es uno
del mes de mayo, en el que ambos estábamos mirando una serie, yo medio como que
perdía el hilo de la trama por diferentes interrupciones, por lo que tenía que
retroceder el video varias veces, pero ella parecía entender todo. Cuanto
termina el capítulo, fue un final muy abrupto, que yo interpreté que estaba mal
el video, que ese no podía ser el final, entonces me ponía a buscar el episodio
en otro sitio, porque claramente ese no podía ser el final.
el haberlo disfrutado es lo que cuenta
ResponderBorrarsaludos desde mi barrio en Miami
¿Haber disfrutado ese momento? Si, pero a veces pareciera que no alcanzara solo con eso.
BorrarSaludos desde Buenos Aires.
Lo que me sorprende de todo esto es que tus sueños sean tan vívidos y tan cargados de simbolismo. Los míos siempre son una incongruencia digna de serie de David Lynch. En mi sueño seguro que estaría alimentando a un ornitorrinco o algo así. Encontrarle el significado a mis sueños es muy complicado. Jajajajaja. Besotes!!!
ResponderBorrarJjaja. Uno de los primeros sueños que recuerdo... yo debería tener cinco o seis años, era uno en que estaba mi abuela bailando con un auto. Si. El auto estaba "parado" sobre sus ruedas traseras, y las delanteras serían los brazos. Y bailaba con mi abuela... Todo muy raro...
Borrar¡Hola! Me resultan interesante leerte. Curiosos sueños, tu subsconciente creo que lo tenía muy claro a todo en ese momento.
ResponderBorrar¡Un abrazo!
Jaja, puede ser, pero te aseguro que mi consciencia deja bastante que desear.
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