Sueños del 2013

A principios del 2013 terminamos “peleándonos” otra vez con Nina, y ella borrándome y bloqueándome en las redes sociales. Como habíamos recuperado cierto diálogo, un amigo la invitó a su cumpleaños (un amigo que siempre mantuvo el contacto con ella). Creo que tanto él como ella tenían en claro cuáles eran nuestras situaciones actuales. El único que seguía sin asumir las cosas era yo, y no me sentí cómodo con la idea cruzarme con ella en un cumpleaños de mi grupo. Una cosa era verla a ella a solas, y otra era esa mezcla. Mi amigo ya la había invitado a ella, y después que le hice saber mi disgusto, le retiró la invitación. Cuando ella se enteró de eso, lo sintió como un agravio, y otra vez abrió la brecha de distancia entre ambos. Ese fue el último contacto entre nosotros. Pese a esto, el año continuó bien, más que nada con cierta ilusión. Al volver de las vacaciones salí con una chica que me interesaba, y si bien después quedó en la nada, casi en paralelo había conocido a Angie. Empecé a notar que ella tenía interés en mí, y a principios de mayo empezamos a salir. Angie me gustaba, pero la distancia entre nuestras casas era para mí un factor clave que iba a imposibilitar el éxito de la relación. Por esto, creo yo que me comporté mal, con egoísmo, porque de algún modo terminé poniendo a Angie y a esa relación en un nivel bastante bajo dentro de la escala de prioridades. Como no había tenido ninguna historia real después de Nina, capaz tomé a este pseudo noviazgo como un camino para superarla, ya que los sueños seguían estando activos. Finalmente terminamos (o ella decidió terminar) a fines de noviembre.

Prácticamente todos los sueños se dieron durante el período en que estuve con Angie. En uno de los primeros, nos veíamos con Nina y ella me decía que me extrañaba y quería volver conmigo, a lo que yo le decía que tiempo atrás había estado esperando algo así, pero que ahora estaba en otra cosa. Creo que esto simboliza el deseo interno de darle de una vez por todas un cierre a todo el tema.

En otro de agosto, yo llegaba a una reunión de amigos con Angie, quien todavía no conocía a nadie, así que le voy presentando a la gente. Lo raro, es que ahí estaba Nina, y me daba cierto nervio el tener que presentarlas y no saber de qué manera. Me parece que esto hace referencia a cierta competencia, o comparación mejor dicho, que inevitablemente terminé haciendo entre alguien y el recuerdo de Nina. Es como que Nina terminó ocupando un lugar irremplazable, y que quienquiera que venga después va a tener que enfrentarse a ese “ideal”. A su vez, como ese fantasma de Nina siempre estuvo presente y muy vivo, no me sentí nunca cómodo para hablar de ella, ni con Angie ni después con Laura; me veía obligado en cierto modo a ocultar ese pasado.

Un sueño que me resultó llamativo, por lo absurdo pero también porque en el mismo sueño podía analizar lo que pasaba, fue uno en que yo me había peleado recientemente con Nina, y le contaba a mi vieja los motivos. El desencadenante había sido que yo había cambiado la esponja de la ducha, pero en lugar de por otra de baño, compré una de cocina. A ella no le había gustado ese cambio, que era como un atentado al buen gusto y al sentido común, y ahí nomás se terminó todo. Para mí las dos eran esponjas, no había una diferencia; aunque más tarde, posiblemente mientras hablaba con mi vieja me di cuenta de mi error. Es que yo venía con un trasfondo diferente, fui educado de esa manera, donde se da importancia sólo a lo estrictamente funcional. Pero no, ahora podía ver que ambas esponjas pertenecían a mundos completamente diferentes. Estuve mal, pero la culpa no era mía, sino que fue por el tipo de crianza que tuve. Y una vez reconocida la falla, comencé a sentir cierto aire de esperanza; las cosas podrían llegar a remendarse para volver a estar juntos. Quizás era necesario que pasase un tiempo, era lógico, pero existía la chance de recomponernos, y eso era lo importante.

El último sueño del año también fue bastante simbólico. Veníamos con Nina en un colectivo, y yo veo por la ventanilla que había dos edificios incendiándose. Pero lo raro es que ambas construcciones no estaban una al lado de la otra, lo cual hubiese justificado que el fuego avanzara. Los edificios estaban enfrentados, con una calle más o menos ancha que los separaba, con lo cual tendrían que haber sido dos focos de incendio diferentes. La gente en la calle parecía no darse cuenta de nada. A las pocas cuadras yo me bajé de colectivo mientras que Nina siguió en viaje, pero al descender me encontré completamente desorientado, sin saber bien donde estaba. Lo curioso de este sueño, es que fue la noche en que Angie me dijo de terminar. Intuí que los dos edificios en llama éramos nosotros dos, que a su vez como que nunca habíamos estado uno junto al otro, sino que una calle marcaba una distancia entre los dos. Y en toda esta travesía, Nina seguía en el colectivo viajando conmigo. Como que está ahí siempre, y al bajarme y tomar distancia de ella, me siento perdido.

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