Pobre loco


Vemos a un loco caminando por la calle. Nos damos cuenta que es loco por su forma de vestir, a veces extravagante, y otras sumamente descuidada y sucia, al borde de la indigencia; por sus movimientos que son una mezcla de tics y actos reflejos casi convulsivos de a momentos; porque habla solo, grita, y hasta increpa a la gente que se le cruza; y por su andar seguro en la calle, aunque sin un destino claro, y muchas veces susceptible a cambios abruptos de dirección. Solemos verlo como a un tipo raro, malo, agresivo, y por eso lo dejamos solo. La simple idea de tener que dialogar con él, nos produce un escozor, una incomodidad, y por eso preferimos evitarlo. Rápidamente lo etiquetamos como loco, y de esta manera es más fácil; sentimos que de alguna manera se justifica nuestro desprecio hacia él.

Abundan las leyendas de los locos del barrio, que otrora solían ser grandes cirujanos, empresarios exitosos o vecinos como cualquier otro hasta que la muerte de la mujer, o la aparición de un ser intangible lo llevaron a despojarse de todo, a abandonar las rutinas y las cargas materiales, como si todo eso ya no tuviese importancia alguna. Y para nosotros la locura es eso, que alguien rechace la norma, vaya por la colectora del mundo establecido. El que se anima a pensar diferente es el loco, el que está mal, el que tiene un problema. Pero ni siquiera, porque alguien que tiene un problema merece ser ayudado; y en el caso de los locos parece que lo mejor es abandonarlos a su suerte; pobre loco, dejémoslo tranquilo.

(Otros relatos en el blog de Molí).

Comentarios

  1. Lo dices muy bien , es como que ya los tenemos etiquetados, si vemos alguien desaliñado ya le ponemos el san benito de Loco y no nos damos cuenta que hay muchos locos que nos gobiernan pero ellos están camuflados ..
    Un abrazo y feliz noche.

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  2. Sí, gente que pierde el ritmo exigente de la vida y quedan relegados, aunque tengan una sabiduría que serviría para enseñar a muchos.
    Pero esta sociedad pide soldados que den su esfuerzo incondicional a quienes margina cuando resultan heridos.
    Bienvenido a los jueves literarios.

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  3. Hola, asi es, en la actual sociedad se hace lo que cuentas, es como si me arrimo se me va a pegar algo, cada vez somos mas fríos, no nos importa los problemas que tiene las personas que tenemos a nuestro lado, y vamos cada uno por un lado, indiferentes totalmente y es una pena.

    Besos.

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  4. Tienes razón, es así de cierto, lo esquivamos, nos da miedo y nunca sabremos lo que piensa.
    Un abrazo

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  5. El problema que tenemos es que etiquetamos todos y nos dejamos llevar por prejuicios, adquiridos y motivados, y no somos conscientes de que podemos ser uno de ellos. Volvernos locos nos podemos volver por cualquier cosa, incluso la que nos pueda parecer tonta. La mete tiene sus mecanismos y actúa a su libre albedrío.

    Un beso.

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  6. Son los tópicos con los que funcionamos a menudo, algo que perjudica al individuo que lo sufre y a los valores de una sociedad.
    Enhorabuena.

    P.D. Es el segundo relato de esta serie sobre la locura en el que se produce por la muerte de la mujer, claro a ninguno se nos ocurre que una mujer se vuelva loca porque se le muera el marido, más bien loca... de contenta.

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  7. Es cierto lo que dices, los enfermos mentales nos incomodan y preferimos evitarlos, quizás por miedo a que se pongan violentos y pasemos un mal rato. Pero también nos asustan porque nos obligan a enfrentarnos con cosas que tenemos. Buena reflexión. Un abrazo 😊

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  8. Pienso que la locura nos da miedo porque tememos vernos reflejados en ella, nadie esta libre. Por otro lado no hay mayor locura que la que presenta un psicopata y paradojas de la vida a estos no se les considera locos. Tu relato lleva a reflexionar, gracias por participar. Besos.

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  9. Que buena descripción de locura..el que va contra las normas establecidas.por la sociedad...el que piensa diferente a los demás...y que mas da....todo el que ama vive su locura, asi que este mundo es para los locos...un beso

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  10. Efectivamente es tan fácil tildar a alguien de loco porque no se atiene a las complejas normas de la colectividad. No quiere o no puede? Quién es el cuerdo y quién el trastornado?
    Muy buena descripción la tuya. Un abrazo

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  11. Las personas condenamos lo que no entendemos y eso es señal de que algo no funciona en nosotros, en nuestro pensar. Conozco a personas que saben no estar bien de la cabeza y sus padecimientos se hacen inimaginables pero, no van al médico para encontrar un alivio, algo que le haga salir de ese martirio como es la enfermedad mental...Estas personas encuentran a algún desdichado del cual se burlan en público e intentan hacerlo caer en el aislamiento como si fuera la peste...y el pobre enfermo lo sufre porque hay alguien que lo ridiculiza pensando que no ha hecho nada...y sufre tremendamente en una sociedad inculta, sin educación y perdida en un laberinto donde todos entre comillas, "están sanos con plena razón"...cuando de alguna manera, en nuestra cabeza algo falla. Quizá una palabra o una simple pastilla pudiera curar la condena que se arrastra...

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  12. ¡Hola! Mira que hasta me arriesgo a decir que el pobre no es el loco, sino nosotros por esa falta de valores, de empatía, de no saber ponerse en los zapatos ajenos y sin embargo, con suma facilidad señalar con el dedo acusador a los demás. ¡Es una pobreza de alma terrible! Amé tu escrito, muy profundo y sentido.
    ¡Un abrazo!

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