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Mostrando las entradas de agosto, 2018

El mejor apodo

A veces la maldad y la creatividad vienen de la mano. Y un lugar en el que se puede ver claramente es a la hora de bautizar con un apodo a alguien. Es verdad que la mayoría de las veces, los sobrenombres van tomando forma a lo largo del tiempo, como un trabajo sutil e invisible, hasta que de repente, un día uno amanece ya apodado, pero no sabe cómo fue esa gesta. En contraparte, yo enarbolo la bandera de haber puesto los apodos de dos de mis amigos del colegio secundario. En realidad, el primero fue un mérito a medias, por no ser una invención genuina. Un día lo llamé por teléfono a la casa, pedí hablar con él, y afilando el oído pude escuchar en esa intimidad hogareña, que sus padres lo llamaban Tete. Cuando él llegó hasta el aparato telefónico le dije “qué hacés, Tete”, y desde ese preciso momento, el apodo se expandió como una gota de nafta en el agua. El segundo sobrenombre sí es medalla mía. Fue cuando Carlos estaba contando en un recreo que, así como los hermanos mayore

La muerte de las bromas

Hace semanas que todos los días me suena el celular, a cualquier hora, pero con una constante: el número que aparece en pantalla es siempre el mismo, terminado en 7777. No necesito contestar, porque sé que se trata de la gente de Movistar que desea convencerme de cambiarme de plan, porque hay uno nuevo que me conviene y me va a facilitar la existencia. Podría atender, dedicarle a la operadora unos minutos, para luego exponerle mi posición de desinterés ante tal servicio. Ya lo he hecho en otras oportunidades, y lo único que consigo es un período de paz, sin llamadas comerciales, hasta que el ciclo se repite. Así que ahora opté por ignorar el teléfono cuando veo que está sonando. Hace un tiempo que es fácil ignorar llamadas, por un lado, porque cada individuo porta en su bolsillo un teléfono personal, que le da la decisión absoluta de atender o no, y por otro porque con el número entrante impreso en la pantalla se reduce el riesgo de un interlocutor indeseado. De hecho, muchas vec

Violencia, con V de Vegano

Cuando yo era chico e iba a catequesis para tomar la primera comunión, había algo que los representantes eclesiásticos hacían con mucha destreza: lograr que el endeble niño de nueve años asimilara los preceptos católicos y sintiese culpa si cometía algún acto que iba en contra de esta moral. Pero éramos niños, y algo de rebeldía innata seguía corriendo por nuestras venas, como aquel día en que mi hermano, estando aún en el patio de la iglesia esperando a nuestra madre, aplastó a un sapo con un baldosón. Un par de los que fuimos testigos nos sentimos impactados por el hecho: un asesinato a sangre limpia en plena casa de Dios. La moral religiosa, efectiva en aquellos días, fue perdiendo presencia a medida que pasaron los años y uno fue informándose y conociendo otras realidades diferentes a la que enuncia un pequeño libro escrito vaya uno a saber cuándo, y plagado de frases entre metafóricas y aburridas. Sin embargo, más allá de todo docto religioso, hay otros grupos humanos qu

El eslabón

Mirá, tenés que hablar con Alberto. Ya sabés cómo es él, que por lo general se vuelve reacio al contacto social, e incluso las últimas veces buscó excusas debatibles para no ir a las reuniones familiares. Así que supongo que tampoco te resultará muy fácil lograr que se entregue a un diálogo abierto. Entiendo su postura de evitar los cumpleaños, porque últimamente todo se volvió muy de parejas, y la felicidad y compañía ajenas sólo ponen en evidencia las carencias propias. En ese sentido comparto su desgano e inasistencia. Quizás simplemente quiere pasar inadvertido, ser un fantasma, pero justamente su ausencia en los eventos es la que lo realza. Termina siendo inevitable que se lo mencione, que unos pregunten dónde está Alberto, y otros repitan sus excusas, pero acompañándolas de gestos de descreimiento de dichas razones. Su hueco en el marco familiar, repetido en sucesivos encuentros, lleva a más de uno a hablar de él, a suponer cosas, a afirmar otras, intuyendo en muchos casos

Sueños del 2013

A principios del 2013 terminamos “peleándonos” otra vez con Nina, y ella borrándome y bloqueándome en las redes sociales. Como habíamos recuperado cierto diálogo, un amigo la invitó a su cumpleaños (un amigo que siempre mantuvo el contacto con ella). Creo que tanto él como ella tenían en claro cuáles eran nuestras situaciones actuales. El único que seguía sin asumir las cosas era yo, y no me sentí cómodo con la idea cruzarme con ella en un cumpleaños de mi grupo. Una cosa era verla a ella a solas, y otra era esa mezcla. Mi amigo ya la había invitado a ella, y después que le hice saber mi disgusto, le retiró la invitación. Cuando ella se enteró de eso, lo sintió como un agravio, y otra vez abrió la brecha de distancia entre ambos. Ese fue el último contacto entre nosotros. Pese a esto, el año continuó bien, más que nada con cierta ilusión. Al volver de las vacaciones salí con una chica que me interesaba, y si bien después quedó en la nada, casi en paralelo había conocido a Angie. Empe

Conversación

- ¿Escuchaste alguna vez Imagine de Lennon, pero interpretada por A Perfect Circle? - A ver… Suena a Tool. - Está bien que suene a Tool, porque A Perfect Circle es el otro proyecto del cantante de Tool. - Si, ahí lo leí, pero yo me di cuenta sola. - ¡Qué oído! - Che, escuchame. Del 1 al 10, ¿cuánto superaste el desamor con tu ex? - ¿Con cuál? - La del viaje: Laura. La vi este fin de semana. - ¿La viste? - La vi. - ¿Tanto la recordas como para reconocerla? - No la conocía para nada. Pero la vi en tu Facebook. - Y tu comentario tiene toda la pinta a que la viste con alguien. ¿No? - Bueno… Lo que quiero es ver si te puedo ayudar. Sinceramente. - Tranqui, decime lo que hayas visto. No pasa nada. - No me odies. Yo vi a tu ex con un tipo… igual a ti. - Wow… Eso es más fuerte. - ¿Te ayudó tener esta info o te quieres morir? - Me da casi gracia. No, no me siento herido. De verdad me alegro por ella si está bien. - Bueno, que jipi que eres. - Al menos u

Las riendas de Palermo

La gente de campo dice que cuando uno está aprendiendo a cabalgar y se cae del caballo, no tiene que dejar pasar mucho tiempo para volver a montar. Hay que enfrentar el temor y la aprehensión causada por el animal y por la mala experiencia, y mantenerse constante. Si uno espera y pasan los días, algo empieza a obrar en nuestras mentes, y cada vez nos va a resultar más difícil volver a la práctica, hasta el punto que ya nos será inmanejable. Eso es lo bueno de haber nacido en la ciudad y no tener que subirse a un animal. Pero no tan rápido, porque esto puede ser llevado a otros ámbitos de la vida. Y hoy por hoy, creo que mi caballo es ir a Palermo, que es donde vive Laura. Qué lástima que no es de Caballito, porque me vendría como anillo al dedo para este relato. La cuestión es que desde que terminamos con Laura, ya hace unos diez meses, de alguna manera evité tener que ir a Palermo, porque es más simple mantenerse alejado de ese caballo que tomarlo por las riendas. Fui un par

La vía incorrecta

El tren viene bastante lleno. No como esas veces que está que explota y no entra nadie más, pero sí hay mucha gente; hay que tener en cuenta que es hora pico. Los pasajeros muchas veces parecen impacientarse cuando viajan parados. Yo no, y de hecho prefiero viajar de pie, preferentemente en el espacio de unión entre vagones, apoyado contra un lateral. Pero la mayoría prefiere sentarse, incluso en los asientos próximos a las puertas, que están reservados para discapacitados, embarazadas y ancianos. Los que deciden ocupar estos asientos, no está mal que lo hagan, siempre y cuando se mantengan alertas, y en caso que suba una persona que lo necesita, lo cedan. Pero por lo general no pasa. Sube algún viejo, y los que están ahí se hacen los boludos, miran para afuera, pelotudean con el celular o se hacen los dormidos. El viejo o la embarazada considerados, sin ganas de llamar la atención, ponen caras de estoy bien, no pasa nada, mientras los otros imbéciles se cagan en el sistema.

Primer recuerdo de la niñez

La memoria opera de formas indescifrables. Y eso no está del todo bien, porque muchas veces uno termina quedando como un gil o un despistado por haber olvidado algo que nos dijeron hace un par de días, y que aun habiéndole prestado atención porque sabíamos que era importante, hoy ya no lo podemos recordar aunque hagamos todo el esfuerzo del mundo. Me acuerdo en el año 2005 cuando fui al recital de The Offspring. En la previa, mientras tocaban las bandas teloneras, en medio de la marejada de gente una chica se calló al piso, con riesgo de ser pasada por arriba. Yo la ayudé a levantarse, y cruzamos un par de palabras, porque como el volumen de la música estaba muy alto era imposible mantener una conversación. Ambos nos quedamos mirando al escenario, y ella me dio la mano, lo que interpreté como señal de agradecimiento. Luego, durante el intervalo entre bandas ella me dijo su nombre y me dio su correo electrónico. En ese momento, sin teléfono celular, tuve que elucubrar mil reglas mnemo

Sueños del 2012

En el 2012 todavía me duraba algo del impulso generado por el viaje del 2010, de querer seguir adelante dejando todo lo de Nina atrás, y creía que era posible, que se iba a dar eso y que un día en mi cabeza iba a haber un clic que hiciese que pudiera seguir recordándola con cariño pero sin producirme ningún tipo de malestar. Continuamos en contacto con Nina. Ahora no me acuerdo si todavía manteníamos una continuidad en el diálogo desde el año anterior, o si se había visto interrumpido por algún desacuerdo, y nuevamente retomado en este año. Este contacto por un lado me resultaba gratificante, porque ella seguía siendo una persona a quien quería mucho, y me dolía el distanciamiento; pero por otro lado, el vínculo que nos unía era diferente, y más aún por el tiempo que había pasado sin vínculo. Empecé a descubrir en ella ciertas diferencias, producto del tiempo y de su nueva vida, (más grande, más independiente). Me contaba cosas de su actual relación, y en algún caso hasta me pedía co

Abulia

Estos tiempos no me dejan asumirme en mi esencia, porque siento la presencia de fantasmas del pasado que me tienen aplastado como hojas de otoño. La recuerdo y me emponzoño; su veneno mi alma arrasa. Me guardo en mi vieja casa abrazándome al abismo de no salir de mí mismo. Porque desde que te fuiste suenan los acordes tristes de aquel mismo violinista. Hoy no existe quien asista a aquel que anteayer quisiste. (Más relatos en lo de Neogéminis )

Cerati, parte dos

(Leer la primera parte aquí ) Con el correr de los años, lejos de apaciguarse, mi gusto por Soda Stereo siguió creciendo, al punto de colocar a la banda en el podio de mis bandas favoritas, y me daba algo de bronca haberlos descubierto tarde, porque se habían separado en 1997. Pero ese fanatismo no se trasladó nunca a la carrera solista de Gustavo Cerati, quien se había mantenido en actividad. No me interesaba él. Había escuchado algo de su material, lo que sonaba en la radio o en los canales de música, pero no le di demasiada importancia. Seguramente también había algo de prejuicio al creer que un solista nunca va a llegar al nivel alcanzado con su anterior banda. Hay ejemplos que demuestran eso en la historia, y seguramente éste iba a ser uno más. Sin embargo es extraño que en el período transcurrido entre el 2000 y el 2005 tuviese a Soda tan alto, y a su vez sintiese tanta indiferencia por Cerati. Pero en el 2006, al mismo momento que yo me ponía de novio con Nina, Cerati

Cerati, parte uno

Hace rato que tengo ganas de escribir sobre mi vínculo con Cerati, o mejor dicho, lo que su música significó para mí, y tenía pensando hacerlo ayer aprovechando la fecha, ya que hubiese cumplido 59 años, pero se me fue pasando el día y no lo hice. Pero hoy sí, total no cambia nada. Yo no estoy seguro si los que leen desde España por ejemplo, saben quién es; siempre tuve mis dudas de si su fama llegó hasta allá. Durante mis primeros años de adolescencia yo prácticamente no escuchaba música. Si lo hacía, era poner la radio y que sonara lo que la emisora tuviese ganas de pasar. Tampoco en casa había una cultura musical que impulsara ese gusto. Entrado el año 1996 tuvimos por primera vez en casa un minicomponente con lector de CD. No era algo nuevo, pero en casa no había. Pero lo que ahora no había eran discos para escuchar. Mi viejo trajo un par de vaya uno a saber qué, y mi hermano, un año mayor que yo, que en ese entonces tenía doce, pidió de comprar Sueño Stereo, el último álbum

Esa marca...

Para los griegos que fueron contemporáneos de Sócrates, entablar una discusión con él era un verdadero problema. Pero no porque aquél tuviese la razón siempre, sino porque su capacidad de analizar las cosas y de navegar silogismos lo convertían en un rival indestructible. Y después ellos, cuando volvían cabizbajos a sus hogares después del bullicio de esos banquetes, se preguntaban cómo era posible haber quedado tan mal parados aun teniendo la razón de su lado. Es que Sócrates era el único que lograba mantener una línea de pensamiento sin dar un paso en falso. Esto llevó a Aristófanes y a otros a volcarse a un raciocinio extremo, a un sobreanálisis de todo cuanto tenían pensado decir, para no trastabillar. Este hábito, como muchos de la raza humana, se fue instalando entre algunas gentes, trascendiendo al paso de los siglos, y llegando hasta nuestros días. Mucha gente siente la necesidad de pensar todo mil veces, analizar cada una de las variables antes de tomar una decisión; y y

Sueños del 2011

El 2011 tuvo un arranque bastante positivo; me duraba aún la paz interna producida por el viaje del año anterior, y tenía una mirada más optimista y relajada. Además conseguí un buen trabajo, lo cual también contribuyó desde lo anímico. Creo que recién para julio empecé a experimentar otra vez alguna angustia, algún bajón, no generados por el recuerdo de Nina, sino por Isabel, una chica colombiana que había venido a Buenos Aires para esas fechas. De todos modos, los sueños con Nina no desaparecieron, aunque sí disminuyeron un poco. En un momento del año volvimos a hablar, a tener una especie de diálogo amistoso, como queriendo sacar a flote la buena onda que había existido entre los dos. De hecho nos volvimos a ver. Fue la segunda vez que nos veíamos post ruptura (la primera había sido al año de habernos peleado). Fue un día me dijo que andaba por el centro, donde yo trabajaba, y como yo aún estaba por ahí, nos encontramos y fuimos a tomar algo y charlar. No hay en este período u

De lo negro a lo blanco

Al final armé este blog para sacar a relucir mis miserias, esas que no suelo contar por pudor, y se terminó transformando en un espacio monotemático donde no hago más que hablar de Nina, de los sueños con Nina, de las cartas de Nina, Nina, Nina… O también traigo otras historias, pero que en algún punto hacen una referencia a ella. Y hoy no va a ser la excepción, aunque se trate de una historia de muerte. Recuerdo el 8 de julio del año 2007 como una noche invernal de un frío inusitado. Habíamos sido invitados a una fiesta de disfraces como celebración de las bodas de plata de los padres de un amigo, aprovechando que al día siguiente era feriado, y por lo tanto se podía trasnochar. Junto a mi hermano y Nina, nos pusimos de acuerdo para combinar nuestros disfraces con una temática en común, y elegimos representar a personajes de Futurama. El que más se puso el trabajo al hombro fue mi hermano, quien se fabricó todo el cuerpo robótico de Bender; yo por mi parte tomé la apariencia de

Sueños del 2010

A nivel personal el 2010 fue un año extraño, que pegó un vuelco muy fuerte. La primera mitad fue como una continuidad de los anteriores, pero con un malestar más acentuado, que además del sufrimiento por Nina, se le sumó lo de Victoria. Un desgano laboral muy marcado, y un sentimiento de que la gente acá, en Buenos Aires, está súper alienada y deshumanizada. Recuerdo esos primeros meses como una de las peores épocas de mi vida, lo cual me llevó a renunciar e irme de viaje promediando el año. La segunda mitad fue de las mejores épocas que viví. No encontré una diferencia sustancial en los contenidos de los sueños en una y otra época, pero sí disminuyeron en cantidad en el tramo final. Como temas se sigue repitiendo la reconciliación, el volver a estar juntos, superando el trago amargo de la distancia que nos alejó. En algún caso también vuelve a darse el temor a que esa alegría post regreso vuelva a transformarse en malestar. También se dio en uno de los sueños, que si bien ella q

La próxima

Hace algunas semanas Diego, un amigo, propuso en el grupo de WhatsApp que tenemos con los chicos: - Che, una de estas noches podríamos ir a unas hamburgueserías que hay en Palermo, que parece que son de las mejores de Buenos Aires. Él había estado filmando unos videos en donde hablaban de estos lugares, y le pareció una idea interesante para llevarla a cabo como una salida grupal, y comprobar si la comida de ahí es tan buena como dicen. Cabe destacar que nuestro grupo está repartido entre San Isidro y San Fernando, con lo cual, a la hora de organizar una salida, es muy raro que vayamos hacia Capital. En algún punto el plan me pareció atractivo… Años atrás, cuando me puse de novio con Nina, empecé a viajar un montón, porque ella vivía en Castelar y yo en Beccar. Tenía que tomar tres colectivos, que sumaban entre hora y media y dos horas de trayecto, pero lo hacía con el placer de esa relación naciente, y del amor que sentía por ella. Aprovechaba el tiempo de viaje para leer,