Si palmo, palmo dormido (parte uno)
Durante el verano del ’98 (y no hablo del programa de televisión sino de ese momento) yo tenía unos trece años, y para pasar las vacaciones había venido mi primo Jorge (que vivía en una estancia, en un pueblo de la provincia de Córdoba) a quedarse dos semanas en casa, y después mi hermano y yo nos fuimos con él a pasar otro tanto de días allá, al campo. En Laguna Larga (nombre de pueblito) nos pasábamos las tardes corriendo y haciendo ya no recuerdo qué cosas en el campo, o bien nos íbamos en moto al pueblo, o a la pileta del club, a visitar demás parientes y a comprar bombitas de agua. A la noche las actividades eran más acotadas, porque la noche es noche en el campo. A veces Jorge salía con sus amigos (ni mi hermano no yo nos sentíamos muy atraídos por ese plan), pero sino lo más habitual era quedarse en la casa de la estancia, jugado al FIFA 98 en la computadora, o alquilábamos películas en VHS para ver durante la noche. Alguna vez aprovechamos para alquilar una porno, y ya la