Carta espontánea
Ambos somos, me doy cuenta, de carácter diferente, uno es loco, insolente y a la diversión enfrenta, cuando el otro se presenta estudioso, responsable, formal y en exceso amable. Es un vínculo oportuno: uno en otro y otro en uno encontramos lo anhelable. Reconozco que en mi mente de imaginación frondosa hay criaturas que me acosan pero que todos no entienden; hay fantasmas, cuasi hirientes, delirantes y algo oscuros, también duendes, más bien puros, divertidos y agradables. Ellos son los responsables de estas líneas, te aseguro. Mientras estoy redactando la carta, tomé consciencia que conllevo la existencia de estos seres, mas el mando mío es, y me estoy dando cuenta que son el motivo que me otorga un distintivo. ¿Y tus monstruos, tus quimeras? Quisiera las compartieras puesto que no las percibo.